miércoles, 23 de junio de 2010

Mi Vida Junto a Ti




Mi Vida Junto a Ti
por Angélica Pérez Ortiz

Al despertar puedo ver,
las obras de arte que puedes hacer,
un bello sol, cielo sin igual, otro amanecer,
entonces tu existencia debo reconocer.

Al sentir el soplo de vida en mí,
nuevas fuerzas puedo sentir,
no puedo evitar
contar lo mucho que te he de amar.

Mi vida, repleta está de bendiciones,
día a día me usas para tocar corazones.
¿Dónde estaría si no fuera por tu sacrificio?
Gracias por tu amado hijo.

Llega el lento atardecer,
entonces vuelvo a recordar,
que un nuevo día,
tú has de crear.

Mi vida junto a ti es un bello regalo,
una bendición que promete una eternidad
llena de paz, amor, plenitud y libertad.
Junto a ti, todo es un sueño hecho realidad.


La Cáscara de Guineo

La Cáscara de Guineo
por Angélica Pérez Ortiz 

Era un día lleno de victoria para la joven que iba ganando esta pequeña carrera, estaba airosa, llena de felicidad mezclada con adrenalina. Era la primera de muchos en la recta final. De lejos podía sentir la victoria y ver esa singular franja roja que le dejaba saber que estaba llegando a la meta. Pero para su desgracia uno de los competidores más fuertes dejó caer una cáscara de guineo al suelo justo al frente de ella.

 El resbalón fue doloroso y el sentir como esa estampida humana pasaba alrededor de ella sin divisar la situación era completamente frustrante. Lejos de su primer lugar, olvidada a tan solo metros de su meta, llena de dolor y frustración y con una rodilla lastimada esta chica no supo más que llorar. El equipo de primeros auxilios le ayudó a levantarse, le curaron de sus heridas, le revisaron su rodilla y el coordinador decidió otorgarle la medalla de superación. 

La joven estaba muy triste pero no renunció a su sueño de ganar el primer lugar se recuperó e inmediatamente volvió a tomar su ritmo deportivo lista para la próxima carrera. En nuestra vida espiritual solemos caer en tentaciones, estamos constantemente siendo atacados por este competidor fuerte que es nuestro enemigo, es seguro que tiene un bolso lleno de cáscaras de guineo para que resbales. 

Si caemos en pecado o tentaciones no debemos renunciar o pensar que hemos perdido la hermosa relación que teníamos con Dios. Estos son pensamientos totalmente erróneos y que deben ser desechados. Debemos en cambio arrepentirnos y desechar el pecado de nuestras vidas, alejarnos de lo malo y buscar hacer lo bueno. Volver a tomar nuestro ritmo espiritual y prepararnos para la próxima carrera.

Si la joven se hubiese quedado tirada en el suelo, llorando y gimiendo no hubiese a resuelto nada. Sus heridas se infectarían y su rodilla seguramente se debilitaría más. Eso le hubiese costado más tiempo de recuperación y por ende más práctica para volver a empezar de nuevo en vez de continuar donde se había quedado. La diferencia es que tomó la mano del quien le ayudaba se levantó con nuevas fuerzas y dispuesta a romper barreras. 

Cuando tu competidor fuerte te tire la cáscara de guineo que te hace resbalar solo recuerda que si no te levantas la herida se infectará y tus fuerzas de esfumarán. Levántate si te has caído, afronta tu dolor recupérate con Jesucristo y continúa tu camino hacia el lugar más preciado que es nuestra meta en Cristo. Él te estará esperando con tu corona en sus brazos, él conoce tu corazón, tus esfuerzos y deseos de servir. Recuerda que el está caminando a tu lado. Esa es la mano amiga que te levanta después de la caída.

Filipenses 3: 13-14

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo queda atrás, y extendiéndome a lo que esta delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”

domingo, 20 de junio de 2010

Expresa Tu Fe


Expresa tu Fe
por Angelica Perez

Hace un año leí un libro que me parecía muy interesante al principio pero que luego cambio mi perspectiva de la vida cristiana por completo. Se llama “Locos por Jesús”, relata historias de fervientes seguidores de Cristo que terminaron como mártires por su fe.

En las historias y relatos que he leído, las personas que viven estas experiencias las aprovechan para hablar de la salvación a sus verdugos, compañeros de celdas, perseguidores y a veces a sus propias familias que le dan la espalda. Ahora... ¿podría uno de nosotros decirle “Dios te ama y yo también” a un enmascarado que te azota y golpea hasta que quedas inconsciente?

Verdaderamente aquellos que vivimos en países con libertad de expresión somos abundantemente bendecidos. A veces, nos cohibimos de nuestra fe ante nuestros familiares, compañeros de trabajo y amistades. Tal vez sí, experimentamos un poco de persecución, pues muchos rechazan nuestra Fe Cristiana, y hasta repudian al los cristianos ¿pero qué hacemos nosotros? Muchas veces silenciamos la voz de Dios dentro de nosotros por no enfrentar una barrera que es mucho más débil que la que otros hermanos enfrentan en otros países.

Hoy te invito a expresar tu fe, no niegues a Dios, no hay persona o cosa en el mundo que valga lo suficiente como para negar a tu Rey.  ¿Qué vas a hacer con la palabra de salvación dentro de ti, guardarla o esparcirla como Dios te pide que lo hagas?

Recordemos que Dios ha llenado nuestros corazones de amor y que hemos sido llamados a traer paz, no siempre tendremos que hablar para demostrar estas verdades en nuestras vidas. Lo importante es dejarle saber a quienes nos rodean quién es la verdadera luz de este mundo.

Echa Tu Pan en las Aguas

Echa tu Pan a las Aguas
por Angelica Perez 
Eclesiastés 11: 1-2
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. Reparte a siete, y aún a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra.”

Mayordomía, a veces la palabra cansa y a veces no reflexionamos en ella, a veces evadimos el tema de tantas veces que lo hemos oído y otras simplemente debemos reconocer que no la ponemos en práctica como se debe. Usualmente la asociamos a los diezmos y ofrendas, al tiempo dedicado a Dios y a la obra... pero más allá de ello, hay una mayordomía que posiblemente no hayas escuchado mucho.

“Echa tu pan sobre las aguas...” Que te parece si lo ves como si Dios te pidiera que usemos los talentos que él nos ha dado, que echemos nuestro "pan" en las aguas, que lo multipliquemos y perfeccionemos de manera tal que una vez nuestros talentos hayan llegado a su máximo esplendor (“después de muchos días lo hallarás...”) sean usados para bendecir, para impactar las vidas de otros y disfrutar de ellos con todo lo bueno que podamos hacer. (“Reparte a siete, y aun a ocho...”) 

Una característica del pan es que al caer al agua se esponja y se vuelve más grande y si te lo comes en ese estado te sentirás mas lleno al comértelo. El agua para nuestros talentos será la práctica y el aprender a usarlos para hacer el bien, al terminar no solo nos sentiremos más plenos sino también mas preparados para utilizarlos para lo mejor. 

Si utilizamos nuestros talentos para hacer bien seremos instrumentos de bendición, no solo para los demás sino para nosotros mismos. El propósito de tener un talento especial en una o más áreas no es para que lo guardemos y los escodamos sino para que logremos cosas grandes y maravillosas con ellos. Nunca permitas que nada ni nadie te impida desarrollar tus talentos al máximo y hacer el bien con ellos. ¡No hay talento que no valga la pena! Y esto es parte de nuestra buena mayordomía como cristianos y seres humanos, proteger y perfeccionar nuestros talentos.